¿Qué es el coeficiente intelectual colectivo?

«El todo no es igual a la suma de las partes»

«Un grupo como entidad, no puede ser más inteligente que sus componentes, pero si puede serlo menos»

Equipo = 1

Vamos alejarnos de el concepto de individuo. Vamos a ver, durante un rato, el equipo como una unidad. Una unidad de trabajo. Como toda unidad, está compuesta por varias partes.

Si nos planteamos cuál es la forma más básica que tiene un equipo de trabajar, esta sería la reunión. Si somos compañeros de trabajo, si trabajamos juntos, necesitaremos reuniones. En esas reuniones se plantean preguntas y respuestas. Además, se generan sinergias y se crean insights de conocimiento. Vamos, todo lo relacionado con la frase «varias cabezas piensan más que una».

Pero todos sabemos que no basta con reunirse. Estoy segura de que todos hemos tenido reuniones estériles. Reuniones en las que se ha perdido tiempo y no se ha logrado nada tangible. En cambio, en otros casos, ha sido cuestión de minutos dar con soluciones e ideas útiles.

El ingrediente clave

Cuando nos juntamos en equipos, nos reunimos o colaboramos, aparece lo que se llama el coeficiente intelectual colectivo. Esto es, la inteligencia «per se»que tiene ese grupo. Y aquí viene el ingrediente clave… lejos de lo que podemos llegar a pensar, las habilidades «académicas» o el coeficiente intelectual no son ellos los que condicionan esta inteligencia colectiva.

El ingrediente clave es la inteligencia emocional. Por lo tanto, una suma de individuos con buena inteligencia emocional harán una buena inteligencia colectiva.

Y claro, a más inteligencia colectiva, más productivo y exitoso será el grupo

«El coeficiente intelectual colectivo sería como la suma del talento más humano de sus individuos»

¿Lo mejor?

Daniel Goleman recoge en su libro «Liderazgo, el poder de la inteligencia emocional» un estudio muy interesante. En dicho estudio, analizan qué ha llevado a ciertos individuos a ser los mejores en su grupo. Teniendo en cuenta que este grupo estaba formado por personas con los mejores resultados en test de coeficiente intelectual, tenía que ser otro el factor.

La tarea que se les pidió necesitaba llevarse a cabo en equipo. Esta tarea estaba relacionada con diseñar y crear conmutadores electrónicos que controlan los sistemas telefónicos. Ninguno de ellos podría hacerlo solo, por lo que tendría que recurrir al equipo.

Al pedir que seleccionasen quienes habían sido las «estrellas«, el grupo coincidía. Ni el coeficiente intelectual, ni su rendimiento académico eran predictores del éxito.

Un factor en el que encajaban todos era el de «saber hacer red».

Saber hacer red

Las personas vivimos inmersas en distintos tipos de redes con nuestro entorno.

Uno de los tipos de redes son las formales. Las típicas de las empresas. Las redes formales son más lentas, están pensadas para resolver problemas sencillos. Normalmente, dependen de perfiles técnicos y especialistas.

Otro tipo, son las informales. Las redes informales son todas aquellas que «tejemos» con nuestro círculo de personas conocidas. Amigos, familia, compañeros de trabajo…

Las personas con más éxito en este experimento contaban con muy buenas redes informales. es decir, tenían apoyos a los que recurrir si necesitaban ayuda. Y no sólo eso, tener estos apoyos les permitía resolver sus problemas de forma más rápida y eficaz. Sin sentarse a esperar a un experto que venga a salvarlos.

A su vez, estas redes informales las hay de 3 tipos: de comunicación, de pericia y de confianza. Las de comunicación incluyen a las personas con las que hablamos. Las de pericia son aquellas más técnicas. Las de confianza, incluyen a nuestros confidentes.

Los perfiles estrella del experimento mantienen buenas relaciones con individuos de estas tres redes. Además, se muestran empáticos y capaces de coordinar personas . Reúnen cualidades de:

  • Habilidades interpersonales e intrapersonales
  • Tomar la iniciativa, es decir, mostrar motivación
  • Autogestión

Estas tres cualidades responden a un constructo, la inteligencia emocional. Por lo tanto, se puede concluir que la inteligencia emocional es la responsable de esa inteligencia colectiva.

Y que un grupo de individuos emocionalmente inteligentes, harán un grupo con gran inteligencia colectiva.

La consecuencia última de una buena inteligencia colectiva es su impacto en el capital intelectual. El capital intelectual es todo el conocimiento intelectual de una organización, así como la información tangible que posee y que le permite producir valor.

Porque eso de hablar solamente de un tipo de inteligencia ya se ha quedado en el pasado. Y las empresas más inteligentes, comienzan a darse cuenta.

El «blues» de la navidad

Lucecitas, gente de vacaciones, turrón, mazapán, cenas de empresa, comidas familiares, nieve, más lucecitas…

La navidad es esa época que tantos aman…y que muchos otros dicen detestar.

Pero… ¿por qué en algunas ocasiones una época como la navidad, nos genera sensaciones o emociones desagradables?

Villancicos tristes

Estamos hablando del blues de la navidad, también llamado depresión blanca. El blues de la navidad se caracteriza por una serie de alteraciones del estado de ánimo. Dichas alteraciones van desde la apatía o pérdida de interés por las fiestas, hasta la tristeza.

Pero.. ¿de dónde viene el blues de la navidad? ¿Por qué en una época (a priori) perfecta para estar felices comiendo chocolate en familia y dándonos regalos… nos ponemos tristes?

Sonrisa «Mr Wonderful»

Uno de los motivos por los cuales ocurre este fenómeno es que no podemos elegir completamente cuándo sentirnos tristes y cuando no. Por lo tanto, independientemente de la época, podemos pasar una etapa menos «alegre» o con más dificultades emocionales.

De ocurrir esto, la navidad y sus luces y sonrisas se ven como una imposición. Una especie de «tienes que estar bien, aparenta felicidad». «Es una época feliz, no la fastidies».

Por lo tanto, se minimizan e invalidad emociones que no sean «acordes» a dicha época. Además, dado que la navidad en nuestro hemisferio de la tierra se celebra en invierno, influyen otros factores. Dichos factores son la falta de luz, el cambio de hora, el frío y el carácter consumista que tienen las fiestas. Por lo tanto, pueden acuciar cualquier dificultad existente de carácter económico, emocional o de otro tipo.

Además, estar pasando por un momento difícil, en el ámbito que sea, genera un efecto de comparación. Automáticamente, al ver otras personas felices o que no pasan por esa dificultad, no hacemos más que sentirnos peor.

Y es que no podemos programar las emociones nieve, llueva o haga sol… y en ocasiones, que sea navidad, no significa que la vida sea de color de rosas

Síntomas de la depresión blanca

Algunos de los síntomas de este «blues» son los siguientes:

  • Apatía o pérdida de interés por actividades que antes resultaban placenteras
  • Problemas de sueño y alimentación
  • Agravamiento de síntomas depresivos o ansiosos
  • Necesidad de volver a una rutina ordenada
  • Evitación de compromisos sociales y aislamiento

Está claro que cada persona es un mundo y puede haber muchos factores que causen el «blues de la navidad». Sea como sea, no está catalogado en la categoría de trastorno. Aún así, es importante tener consciencia de que no todos vivimos estas fechas de la misma manera.

Por lo tanto, lejos de juzgar a quien no ve la navidad con la misma ilusión que la vemos nosotros, podríamos hacernos una serie de preguntas.

¿Estará pasando esta persona un momento difícil?

¿Le supone un sobre esfuerzo hacer un regalo a nivel económico?

¿Cómo ha vivido la navidad esta persona en su familia a lo largo de su vida? ¿Existe todo un ritual a su alrededor?

¿Estará notando la falta de luz o el frío excesivo?

¿Ha pasado por un proceso de duelo o echa de menos a alguien?

Estas (entre otras) son preguntas que nos podemos hacer. Porque recordad, no podemos programar nuestra felicidad para que tome las uvas con nosotros. Y a veces, las cosas son complicadas incluso rodeados de turrón y luces de colores

Presentación del curso Mentiness sobre el estrés

En Mentiness estamos de celebración.

Con la llegada de la Navidad y el año nuevo a la vuelta de la esquina hemos comenzado con muchas ganas una nueva sección en nuestra plataforma: las rutas de aprendizaje.

En esta primera fase, contaremos con varias rutas de aprendizaje que incluyen, cada una, un curso introductorio y varios cursos específicos. Cada ruta tiene como objetivo formarte en temas relacionados con la psicología. Todos estos temas te ayudarán a mejorar tu bienestar y el de tus equipos.

Primera parada, primera ruta

Esta primera ruta de aprendizaje que lanzamos va sobre la temática del estrés. En ella, aprenderás todo lo que necesitas sobre el estrés y cómo gestionarlo. Además, incluirá cursos específicos sobre:

  • Estrés malo y estrés bueno
  • Estrés y productividad
  • Técnicas de relajación (con alguna que otra sorpresa práctica para vosotros)
  • Minfulness (que también trae regalo final para ofreceros una experiencia completa)

Nuestro propósito

Y cada uno de estos cursos específicos irá cargado de información interesante. Sus contenidos abarcan desde técnicas de relajación avaladas científicamente hasta curiosidades sobre nuestro cerebro o pinceladas de la neurobiología del estrés.

¿Has escuchado alguna vez la frase «la información es poder» o «el saber no ocupa lugar»?

Seguro que sí, ¿verdad?

En nuestro equipo tenemos esas dos frases casi como un mantra que tratamos de aplicar constantemente. No solamente para reciclarnos y formarnos como profesionales día a día, sino para ofrecer servicios y productos que tengan un impacto positivo en el bienestar de los empleados.

Por eso hemos diseñado tres rutas de aprendizaje distintas, siendo la de estrés la primera. Porque sabemos que muchas veces, las conductas de riesgo, los malos hábitos, o un afrontamiento erróneo del problema no se hace porque sí. Suele hacerse por falta de información y por desconocimiento de estrategias y herramientas más útiles.

Por eso ponemos a vuestra disposición material de la mano de nuestra Psicóloga Sanitaria. Para que lo escuchéis, toméis nota, y recojáis todo lo que os parezca útil y pueda serviros de ayuda.

Estad atentos, ¡en las próximas semanas desvelaremos más secretos!

¿Te interesa nuestra sección de cursos y rutas de aprendizaje?

Si quieres más información sobre nuestro trabajo y cómo puede ayudar a tu empresa, ¡déjanos tus datos y nos pondremos en contacto contigo!

El cerebro de Pablo Picasso

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No, no es el número de la lotería de Navidad (que yo sepa).

Es el número de obras que ha creado Picasso a lo largo de sus 91 años de vida.

Algunos incluso dicen que ese número es falso y ronda las 50000.

Sea como sea, es un número que casi asusta si pensamos la cantidad de obras que tuvo que crear en una semana. De forma constante. Todo el tiempo.

¿Crees que Picasso tenía un imán para la creatividad? ¿ O hay algo que tal vez el sabía y nosotros… estamos pasando por alto?

¿Creatividad a la izquierda o creatividad a la derecha?

Históricamente hemos pensado que la parte derecha del cerebro se dedica a ser creativa y que la derecha se dedica a ser más lógica. Hemos hecho esa división y la hemos plasmado en todo tipo de dibujos y láminas con numeritos a la izquierda y mariposas y colores a la derecha.

Pues bien… a día de hoy sabemos que esta teoría es coja. Primero, porque el localizacionismo (palabro de hoy que hace referencia a atribuir a cada región del cerebro una función específica) ya no vale como explicación. Segundo, porque cada vez sabemos más sobre las diferencias entre regiones anteriores, posteriores, mediales…. Osea, no todo lo relevante es izquierda o derecha, sino que hay izquierda anterior, posterior, media… Vamos, un lío de localizaciones.

Por lo tanto, simplificar la creatividad a derecha izquierda deja de tener sentido lógico. Esto es, depende de procesos arriba, abajo, en el centro, en la derecha…en muchos lugares. Depende de circuitos que no están tan localizados como podíamos llegar a pensar

Iguales pero distintos

El hemisferio izquierdo tiene menos conexiones consigo mismo y con el resto del cerebro.

El lado derecho, presenta más conexiones consigo mismo y con el resto del cerebro. Además, tiene fuertes vinculaciones con regiones de las que «dependen» nuestras emociones. Regiones, como la amígdala.

El hemisferio derecho está «mezclado». El izquierdo, presenta columnas superpuestas que permiten una diferenciación nítida de las funciones cerebrales.

Y claro, siendo todo tan complejo y la creatividad un proceso tan amplio… pues no depende sólo del derecho.

Cierto es que dada la diferencia en cuanto a conexiones, en un «destello»de creatividad surge un nuevo circuito neural desde esta parte derecha.

Lo que Picasso sabía

Es que la creatividad no aparece cuando estás sentado esperando por ella.

Si nos ponemos teóricos, los modelos más conocidos sobre creatividad hablan de 4 fases:

  • Definir el marco del problema. Hacerse preguntas para saber con qué ser creativo
  • Sumergirse a fondo en él. Recopilar información hasta que nos empapemos de ella
  • Go with the flow. Dejarse ir, relajarse para que «chasss» aparezca ese estallido de creatividad
  • Ejecución, llevar a cabo esa idea que hemos gestado

A nivel teórico el modelo es «chachi». Claro que si tienes que crear 25000 obras de arte en tu vida, quizás se queda un poco corto, ¿no?

Aquí es donde entra el ejemplo de Pablo Picasso. Una de sus frases es que «la inspiración y la creatividad» te encuentra trabajando. Por lo tanto, no puedes sentarte y esperar, esperar, esperar…

Lo mejor es que te pongas manos a la obra (nunca mejor dicho) y sepas cuando parar, dónde desconectar, y en qué lugar será más fácil que venga esa inspiración «divina».

Eureka

Los estudios cerebrales nos dicen que ocurre en nuestro cerebro en ese momento de chispa, idea.

Hay una señal, la actividad «gamma» que nos dice lo que estábamos deseando escuchar. Neuronas a priori muy distantes se han conectado formando una red nerviosa y… Voilá, hay asociación nueva, hay creatividad. Una nueva idea ha entrado en nuestra «consciencia».

En este momento, el hemisferio derecho no pierde el tiempo y usa sus súper conexiones para mandar esa información a otras regiones. Y es en esa tercera fase, esa fase más «chill» en la que se preparar nuestro cerebro para el pico gamma de creatividad. Incluso cuando las ideas parece que nacen solas, lo más probable es que hayan pasado por un proceso previo de «gestación».

Y cuando el terreno se ha allanado, han nacido.

Claro que como siempre, es muy importante conocerse y saber cómo ocurre este proceso. No es un proceso exactamente de libro y en cada persona puede variar, pero lo que está claro es que si Picasso pintó tantos cuadros, no pudo hacerlo simplemente esperando a que las ideas le brotaran.

Es necesaria una «disciplina», un autoconocimiento y un órden previo al relax para que se encienda la bombilla

¿Cuánto te gustan los Likes en tus redes sociales?

¿Cómo te sentirías si de repente te pagasen 5 euros?

¿Cómo te sientes después de haber tomado ese café que tanto te apetecía?

¿Cómo te sientes cuando te felicitan por un trabajo bien hecho?

El refuerzo positivo

Bien, te sientes genialmente bien. Porque cuando hacemos algo y nos lo recompensan, en nuestro cuerpo hay una serie de reacciones que nos molan. Que hasta nos llegan a enganchar.

Esto se debe a que todo lo que sucede en forma de premio (ya sea dinero, unas palabras de reconocimiento, comida o porque no, un like) suponen un refuerzo positivo. Como su nombre indica, un refuerzo positivo nos refuerza a seguir haciendo lo que estamos haciendo porque ¡eh! tiene recompensa.

Por eso podemos decir que los likes son equiparables a un logro, a un refuerzo. Porque el mensaje que llevan detrás es algo así como:

«Qué bonitas las fotos de tu último viaje»

O algo así como «te veo guapísima» o también «me encanta esa ropa, qué bien te queda».

En todos los ejemplos nos refuerzan lo que hacemos, sea comernos una pizza (y obviamente, hacer una foto), arreglarnos o vestirnos de una u otra forma, o posar para hacer 100 selfies previamente a subir uno.

Por lo tanto, un like es un reconocimiento, un premio inmediato por hacer lo que hacemos como puede ser el dinero, unas palabras bonitas o una comida que nos guste. Y digo inmediato porque por eso miramos insta cada 5 minutos después de subir una foto. Porque queremos la aprobación y el reconocimiento ya, aquí y ahora.

Y claro…. ¡eso engancha!

La culpable del placer

Recibir likes es lo mismo que «inundarnos» de dopamina. Pero, ¿qué es la dopamina?

La dopamina es un neurotransmisor que está presente en diversas áreas del cerebro y que es especialmente importante para la función motora del organismo «la dopamina es importante en todas las respuestas nerviosas que están relacionadas con la expresión de las emociones». Es decir, es una sustancia natural y necesaria para los seres humanos, que segrega nuestro cerebro ante ciertas situaciones.

Y claro, se da la casualidad de que, tan ligada está a las emociones, que es la hormona que generamos cuando sentimos placer inmediato (por ejemplo al comer, al comprar o al tener sexo)

Y ya sabemos que los likes son un refuerzo inmediato. Pues eso, like = dopamina «pal´cuerpo».

Y ¿cuáles son los efectos de la dopamina?

Al recibir likes, comer chocolate, tener sexo, ir de compras, o consumir alguna droga segregamos dopamina. Por lo tanto, sentimos placer. A nuestro cerebro y a nuestro cuerpo les gusta esta sensación y quieren más, por lo que buscan y rebuscan más de esa dopamina.

Algo similar a la sensación de tener «mono» de una droga como el café o el tabaco, puede llegar a pasar con los likes, dado que al repetir la conducta y repetirse el refuerzo, necesitamos más de esa sustancia que nos genera sensaciones de placer.

Por eso a veces se dice que los likes o las redes sociales, son adictivas, porque activan la liberación de dopamina y pueden hacer que entremos en un bucle en el que necesitemos más y más para sentirnos bien, como pasa con las drogas o las compras y las apuestas o las tragaperras.

Autoestima

¿Fuera o dentro?

Esta es la explicación más biológica. Bien es cierto que hay otros procesos que influyen a la hora de tener una dependencia real hacia los likes y la imagen en redes. Estos procesos tienen que ver con «dónde situamos nosotros nuestra autoestima». Si la situamos en lo físico, lo externo o nos comparamos con otras personas como los «influencers y sus vidas perfectas», esto retroalimentará el proceso de «enganche al like» derivado de la dopamina. Porque si ya hay una causa biológica por la que nos molan los likes y además, nuestra autoestima y autoconcepto cada vez dependen más de los likes, tenemos el cóctel perfecto para hablar de un problema real.

Hay una técnica muy útil y sencilla para valorar cómo de importante es para nosotros, todos los factores que condicionan nuestra autoestima como puede ser el físico, el éxito, las relaciones de pareja…

¿Conoces la técnica de la tarta?

Estad atentos, vienen post sobre ese pastel llamado autoestima personal.

El mejor CEO de todos

No lleva traje y no tiene pinta de estar siempre ocupado.

Tiene bastantes arrugas y de hecho, cuantas más le salen mejor trabaja.

Siempre toma las riendas de la situación y todos dependemos de él a la hora de trabajar.

Es quien toma las decisiones, quien valora opciones y quien organiza la mayor parte de las cosas que hay que hacer.

¿Sabes ya de quién te hablo?

El lóbulo prefrontal

El lóbulo prefrontal es, como su nombre indica, la parte del cerebro que está justo detrás de nuestra frente. Es decir, en la parte frontal del cerebro. Esta región específica, el prefrontal, es la culpable (y menos mal) de que tengamos habilidades de organización, de monitorización, de inhibición de nuestra conducta, de planificación, de gestión de las reacciones emocionales, a la hora de valorar escenarios y alternativas…

Vamos, una joyita.

El lóbulo prefrontal es el responsable de que nos funcione bien algo vital para el ser humano: las funciones ejecutivas.

Muchas funciones, muy ejecutivas

Las funciones ejecutivas son junto con la atención, la memoria o el lenguaje lo que llamamos habilidades cognitivas superiores. En general, estas habilidades son las que nos permiten comportarnos, sentirnos y pensar de la manera que pensamos.

Vamos, que una buena parte de la culpa de que los humanos seamos humanos, la tienen estas habilidades cognitivas superiores.

Pues bien, dentro de dichas habilidades están las funciones ejecutivas. Éstas, son a su vez un conjunto de funciones muy diversas que van desde la planificación de tareas, hasta la inhibición y el control conductual pasando por la flexibilidad cognitiva, alcanzar nuestras metas, adaptarnos al entorno o la toma de decisiones.

Gracias a las funciones ejecutivas podemos hacer cosas como:

-Organizar nuestras tareas

-Supervisar nuestra conducta mientras freímos un huevo, evitando quemarnos

-No hacerle caso a la ventana de anuncios que se abre en nuestro navegador cuando entramos en algunas páginas web

-Cambiar de restaurante si nuestro favorito está cerrado

-Planear esas vacaciones de verano ideales

-Anticipar que si vamos a la playa, harán falta chanclas, crema de sol, varios bañadores para todas las vacaciones..

Por eso decimos que el lóbulo prefrontal es el CEO de nuestro cerebro, ya que es quien planifica, anticipa , coordina, decide y gestiona qué hacemos con nuestras vidas.

Cuando hay orquesta, pero falta el director

¿Te has planteado qué pasa si falla el córtex prefrontal? O si hay una lesión en esa zona.

O si por varios motivos, como puede ser el estrés crónico, se ve afectado.

Una persona con afectación en las funciones ejecutivas derivado de un problema en esta parte del cerebro, puede presentar numerosos problemas y dificultades. Algunos de ellos pueden ser:

  • No ser capaces de planificar cuáles son los pasos de una tarea como, por ejemplo, realizar un trabajo. Por lo tanto tendrán muchas dificultades para organizar dicho proyecto y comenzarlo.
  • Errores de perseveración, lo que se traduce como cometer el mismo error una y otra vez. Por ejemplo, imagínate que ponen mal los pies del acelerador y el embrague. Si hay un error de perseveración, probablemente sea imposible que enciendan el coche ya que comentarían una y otra vez el mismo fallo
  • Deshinibición conductual: este es quizás uno de los más llamativos ya que pueden llegar a tener conductas erráticas como gritar en un supermercado, tener conductas sexuales en público o decir obscenidades a personas desconocidas.
  • Problemas de autocontrol lo cual puede reflejarse como ataques de ira o reacciones de hostilidad exagerada

Y un largo (pero muy largo) etcétera.

¿Entiendes ahora porque esta parte del cerebro es el mejor CEO de todos?

Si tienes problemas para organizarte, este es tu post

¿Alguna vez has oído hablar de la Matriz de Eisenhower?

Uno de los mayores problemas con el que nos encontramos a la hora de organizarnos es el de priorizar las tareas que tenemos que hacer.

¿Por qué? Porque cuando tenemos cosas pendientes, solemos verlas como una pelota amenazante de trabajo que viene hacia nosotros y ¡oh dios mío! no sé por donde empezar.

Y de repente ¡pum!, agobio y bloqueo.

Una matriz «maravillosa»

La matriz de Eisenhower es una especie de matriz-caja que divide tus problemas y tareas según dos criterios distintos: cómo de importante son y cómo de urgentes son.

Su característico nombre viene de un señor llamado Dwight Eisenhower, un alto cargo del ejército norteamericano muy conocido por sus niveles de productividad. Según su matriz, has de evaluar tus tareas en función de su urgencia y de su importancia para poder organizarte de la mejor manera posible.

Cuatro escenarios, cuatro combinaciones

Habrá tareas que sí o sí tendrás que hacer tú y habrá otras que son importantes pero no urgentes, o urgentes pero no importantes o…

Básicamente, traza dos líneas una vertical y otra horizontal. Escribe las palabras urgente, no urgente y importante, no importante. Esto te dará una matriz de 2×2 es decir, cuatro cuadrados. En esta matriz tendrás las siguientes casuísticas:

Es importante y es urgente: ¡ajá! esta será la primera tarea de tu lista, la prioritaria.

Es importante pero no es urgente: genial, podrás planificarla para más adelante

No es importante pero es urgente: delega, si tienes la posibilidad, en otra persona

No es importante pero tampoco es urgente: maravilloso, fuera de tu lista. Mantenla al margen para futuras listas de tareas.

Cuáles son sus beneficios

Sin duda el mayor beneficio de la matriz es que «piensa por ti» y te ayuda a clasificar las tareas. Eso sí, es importante que pienses previamente cuanto de importante-urgente son tus tareas para poder clasificarlas correctamente. Siendo más concisos, sus beneficios son los siguientes:

  • Ahorra tiempos a la hora de clasificar tus tareas y ordenarlas
  • Ayuda a no pasar por ese agobio inicial de sentir que tienes mucho trabajo y no sabes por dónde empezar.
  • Mejora tu productividad ya que te permite tener tiempo para lo realmente importante: hacer la tarea
  • Vacía el «spam mental». Cuando tenemos que hacer varias cosas estamos poniendo a prueba nuestra memoria de trabajo. Esta memoria, también llamada operativa, se dedica retener información necesaria para poder trabajar con ella (por ejemplo tengo que hacer esto, y esto, y esto…mientras lo voy agendando). Básicamente la matriz nos ayuda a no sobrecargar este «spam» mental, haciendo más sencillo gestionar dicha información
  • Reduce la carga mental: una de las peores cosas de tener varias tareas es que añade una tarea más, pensar en ellas. Esto es lo que se llama carga mental. Es decir, además de tener que ir al supermercado a comprar agua y leche, tenemos que pensar que hay que ir al supermercado a comprar agua y leche. Ah, y no te olvides que tienes que ir al supermercado a comprar agua… Esta carga mental ocupa espacio en nuestro cerebro u, por lo tanto, merma nuestra capacidad cognitiva. Como resultado, merma también nuestra productividad.
  • Facilita que nos organicemos en grupo dado que ayuda a priorizar las tareas según nuestro rol.
  • Reduce el estrés laboral ya que nos facilita la organización

Como resultado de todos estos beneficios pasan dos cosas: nuestra productividad sube y nuestra motivación también. La motivación se ve afectada de manera positiva ya que aumenta nuestra autoeficacia percibida. Es decir, nos vemos más eficaces, nos sentimos orgullosos y por lo tanto, nos sentimos más motivados.

¿Te animas a probar esta receta para la productividad?